Gran revuelo ha causado el triunfo de la Tapatía Jimena Navarrete en el Certamen Internacional de Belleza conocido como Miss Universo, tanto así que en la repetición integra de la final del citado concurso nuestro autoproclamado Felipe I, ha aprovechado el raiting para, en entrevista con López Doriga, dar la cara a la nación (circunstancia irónica, toda vez que a la seguridad pública le ha dado la espalda) enviando mensaje a las voraces huestes panistas, quienes, cual si lo merecieran, han levantado inmisericordemente el dedo para hacerse notar en un número infinito de cuasi tapados, en la inocencia mórbida, de quien supone que el siguiente abanderado del destino nacional, tuviera la remota posibilidad de emerger de la fuerza blanquiazul (Este comentario adelantando disculpas a la máquina cruzazulina); calma pide el detentor del poder ejecutivo y exige a sus ministros no ponderar su ambición personal por encima de la obligación de cumplirle a la patria desde sus secretarías, exigencia un tanto absurda toda vez que él mismo no la llevo a cabo cuando renuncio al gabinete del nunca bien ponderado Chente, para transmutarse a la postre, en el efectivo number one.
Dos coronas más obtuvo nuestra nación a lo largo de los días que le sucedieron a nuestra Augusta Jimena I, la primera otorgada por la Comisión de las Naciones Unidas en Materia de Libertad de Expresión, quien ha ungido a nuestro desventurado México como Monarca Latinoamericano entre los países con mayor riesgo para el desarrollo de la actividad periodística, y la segunda, que lo sitúa a la par como Monarca Planetario (líder mundial se saldría de nuestro contexto) de aquellos países con mayor desarrollo de Fraude corporativo, asentando que este, se ha incrementado en 55% de 2008 a la fecha.
Y por si fuera poco, para seguir de plácemes injustificados, es justamente en este marco de desarrollo feudal (Por aquello de los reinos que nos competen) que sabemos ahora si, a ciencia cierta y sin la posibilidad de que el discurso oficial dorador de píldoras pueda desmentirlo, que independientemente de la millonada gastada en los festejos centi-bicentenarios, muchos de los monumentos erigidos en honor a este acontecimiento, no estarán terminados en tiempo y forma; vaya mundo bizarro, la ciudad de los palacios transformada en el gobierno de los payasos, Von Humboldt se retuerce en su tumba, la nación en su día a día “EL REY NO HA MUERTO MUERA EL REY”.
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