miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿UN PAÍS SIN RUMBO?

Uno de los cuestionamientos que han prevalecido a lo largo del mandato del Presidente Calderón, ha sido, ¿cuál es el rumbo que ha tomado nuestra Nación?, ¿existe un proyecto verdadero de desarrollo, o nos encontramos al arbitrio de una administración que no solo no propone, sino que reacciona tarde y mal?, debo reconocer, que el País, sin lugar a dudas, se ha desplazado en una dirección, aunque esta no nos sea ni remotamente deseada o conveniente.
En materia económico social, los argumentos que dan soporte a la hipótesis señalada son en primer instancia que al termino que el sexenio de Ernesto Zedillo, el índice de la pobreza extrema integraba al 40 % de la población nacional, mientras que actualmente se reconoce de manera oficial un incremento de 8 puntos porcentuales y extra oficialmente, de acuerdo con la Sociedad Interamericana de Periodistas de hasta un 56%; otro referente contundente, ha sido el incremento en casi un 70% del costo barril petróleo, justo en un entorno en que la administración federal reconoce una crisis de hidrocarburos, ante la cual no han encontrado los medios para hacerle frente; pues mientras este manejaba un promedio de 40 usd al final del referido periodo, actualmente se cotiza en torno a los 72 usd, y la sensibilidad reflejada por el gobierno federal no muestra más que una incongruencia de facto y una negación de todos los que fueron sus postulados en campaña, comento esto en alusión a la reciente comparecencia del Secretario de Hacienda, que toma como bandera el incremento impositivo, como única forma para subsanar el deficitario gasto gubernamental pretendiendo recaudar de la ya menguada, y en peligro de extinción clase media nacional, la cantidad de $850,000 mdp extras, manteniendo los esquemas fallidos, al no incrementar la base grabable; y mostrando un nulo conocimiento de la realidad social, recrimina a la autoridad estatal y municipal, el no ejercer el cobro de un número mayor de impuestos locales a los que, al criterio del poco brillante funcionario, tienen derecho; a esta iniciativa impositiva, podría dársele el título del “poco sutil arte de intentar sangrar las piedras”.
Dos datos más antes de abordar el referente más claro del detrimento nacional que a sabiendas publicas es la inseguridad; el primero, concerniente a un rubro que durante las dos últimas, pero principalmente durante la administración autonombrada del “presidente del empleo”, ha vivido sus mínimos históricos, no solo por el mayor desempleo histórico en la historia del México moderno, sino, por la menor generación de fuentes de trabajo durante el mismo periodo; la segunda, que hace alusión a la tan socorrida critica al “corrupto esquema de gobierno priista” y que de facto, mas allá de no disminuir durante las actuales administraciones, se ha incrementado al amparo del gobierno federal, tal como lo demuestra el disparo en 55 puntos porcentuales de corrupción corporativa de 2008 a la fecha.
Abordando finalmente el tema de la violencia social y lo inseguridad, podría bastar el solo señalamiento de la Secretaria y ex Primera Dama Norteamericana Hillary Clinton que identifica al México de hoy con la Colombia de hace dos décadas, aseveración que encuentra eco en la exposición de Congresista Republicano Dick Lugar, quién le integra términos como narco insurgencia, haciendo referencia a los espacios que este grupo de poder ha logrado en la administración pública; en sustento para estos señalamientos es basto, por poner algunos ejemplos no especulativos, señalare la calificación que da la Comisión Revisora de la ONU en materia de libertad de expresión, misma que sitúa a México como el país más peligroso para el ejercicio de la actividad periodística en América Latina, dato que avala la Sociedad Interamericana de Prensa, señalando que en el último año, de los 57 asesinatos perpetuados contra periodistas a nivel mundial, veinte tuvieron lugar en México; esta misma organización expreso la semana pasada su desilusión tras haberse reunido con el presidente Felipe Calderón, en virtud de la respuesta poco alentadora y plagada de simulaciones, que el detentor del ejecutivo nacional, contesta ante señalamientos concretos; de igual forma, resalta la muerte de al menos treinta mil mexicanos en una guerra sin sentido, esto basándose alarmantemente en las cifras oficiales.
La explicación con la que la Administración Calderonista, pretende justificar la masacre de sus ciudadanos, es una agenda de guerra impostergable en beneficio de la misma sociedad, que de manera clara, ha rechazado la medida ejercida.
La razón verdadera para esta guerra sin sentido, se encuentra en el hecho concreto de que, sin consenso alguno, ni social, ni del aparato legislativo, se sumo al país en el programa norteamericano, conocido como Plan Mérida mismo que pone en riesgo la seguridad de nuestra Nación, en aras de convertirla en el portero fronterizo de los Estados Unidos.
Independientemente de esto la administración del Presidente Obama, en su más tradicional usanza, le da a México una prueba más de quien es sirviente y quien es servido, negándole al Gobierno Nacional, un apoyo por la cantidad de $260 millones de dólares, condicionándolos irónicamente, a la revisión de los señalamientos que la Comisión de Derechos humanos ha hecho a la administración federal en materia de abusos por parte de sus autoridades militares.
En cuanto al señalamiento inicial, tendiente a reflexionar el rumbo, que las administraciones Panistas han dado a nuestro País, considero que lo aquí expuesto, puede ser un referente certero; más claro ni el agua, más triste, no imagino que.

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